Las partes son las protagonistas y deciden.
Si eres parte del problema eres parte de la solución. Nadie mejor que tú sabe lo que necesitas
Propicia la comunicación y la convivencia pacífica.
El mediador trabaja la empatía y la escucha activa con las partes, les ayuda a encontrar el canal de comunicación para que desde el respeto sienten las bases de una comunicación pacífica.
Es un método mucho más rápido que los procesos judiciales.
Evita la dilación porque son las partes junto al mediador las que gestionan los tiempos y no hay señalamientos.
Resuelve y previene situaciones conflictivas.
Son las partes las que sientan las bases para afrontar posibles desavenencias futuras. La finalidad de la mediación no es llegar a un acuerdo a toda costa, sino devolver a las partes la capacidad para gestionar sus vidas. La clave está en responder a la pregunta: ¿Qué prefieres, tener la razón o solucionar el conflicto?
Soluciones rápidas, económicas y beneficiosas para todos.
Rápidas porque en pocas sesiones se llegan a acuerdos, económicas porque el coste de la mediación es muy inferior al de un proceso judicial; beneficiosas para todos porque se busca que las dos partes salgan beneficiadas, (ganar / ganar frente a yo gano/tu pierdes). En un proceso judicial, una parte tiene la sensación de haber perdido porque no han sido estimadas sus pretensiones. Esto en mediación no ocurre.
Resultados más estables, útiles y duraderos.
Si hay acuerdo es más útil y duradero porque al mismo, han llegado las partes de forma voluntaria y consensuada y este acuerdo no ha sido impuesto por un tercero imparcial.
Es voluntaria y confidencial.
La voluntariedad es uno de los principios fundamentales que rige el proceso de mediación. La voluntariedad rige todo el proceso: es voluntario iniciar la mediación, pero también lo es permanecer en ella. Y por lo tanto, también es voluntario el concluirla. En cualquier momento la parte que no esté cómoda puede finalizar la mediación sin consecuencias negativas para ella, sin repercusiones. No se pierde nada por intentarlo y se puede ganar mucho. La Mediación es confidencial, lo que implica que ni el Mediador ni las partes pueden revelar la información que se haya podido obtener durante el procedimiento de mediación. Lo que ocurre en las sesiones se queda para las partes. La confidencialidad se hace extensiva tanto al procedimiento de mediación como a la documentación que en el mismo se hubiera podido utilizar. El mediador actúa bajo el secreto profesional